¿Sabes cómo elegir un vino espumoso para cada ocasión?
elegir vino espumoso

Dicen que quienes celebran los pequeños momentos son más felices. Elegir un vino espumoso con el que acompañar esos momentos, redondea el resultado.

Recuerda que en HG Mallorca disponemos de un servicio de reparto a yates para que esta Navidad brindes desde el mar.

 

¿Cómo elegir un vino espumoso?

Dicen que, allá por el 1600, el monje benedictino Dom Pierre Perignon, después de inventar el método champenoise (probablemente de manera involuntaria), probó la bebida y exclamó: «Dios mío, ¡me estoy bebiendo las estrellas!”

Nunca sabremos si esto fue cierto, pero de lo que sí estamos seguros es de que el vino espumoso es mucho más que un caldo con el que brindar. Se trata de un vino regular (vino tranquilo) al que se le añade gas carbónico. Esto puede hacerse mediante métodos naturales o artificiales.

En España no tenemos tanta costumbre de beber espumoso más allá de las celebraciones y al final de las comidas, salvo en Cataluña (de donde procede el Cava). Sin embargo, en Francia es muy común tomarlo en cualquier momento. No es de extrañar, ya que allí se encuentra Champagne, la región en la que se elabora y de donde recibe su denominación.

Entonces, ¿cuándo se toma el vino espumoso? Continúa leyendo, pronto llegaremos a esa parte.

 

Tipos de vino espumoso

Debes saber que existen muchas denominaciones de origen que permiten la elaboración de estos vinos, de las que destacamos tres:

  • Cava
  • Champagne
  • Proseco

 

Los espumosos se dividen por el nivel de azúcar residual que contienen. Ordenados de menor a mayor nivel de azúcar por litro encontramos:

  • Brut Nature: menos de 3 g de azúcar
  • Extra brut: entre 0 y 6 g
  • Brut: menos de 12 g de azúcar
  • Extra sec: entre 12 y 17 g
  • Sec: entre 17 y 32 g
  • Semisec: entre 32 y 50 g
  • Dulce: más de 50 g

 

Maridaje de vinos espumosos

Este tipo de vino es perfecto para limpiar el paladar entre platos, para degustar las variedades más dulces como postre o para acompañar diferentes elaboraciones.

El maridaje funciona por contraste o por complementación, aunque podemos añadir una categoría más:

  1. Maridaje por contraste: busca lo opuesto. El equilibrio se compensa por los excesos y carencias de los sabores de los alimentos y la bebida.
  2. Maridaje por complementación: su objetivo es la similitud. Une los sabores que se parecen, realzando así las cualidades de la comida y la bebida.
  3. Maridaje regional: combina los vinos de una zona geográfica con los alimentos propios de dicha región.

 

Para elegir un vino espumoso debemos tener en cuenta que se trata de una bebida fresca, que acentuará los sabores ácidos y balanceará los dulces.

Marida especialmente bien con los platos grasos como los quesos cremosos o los embutidos, ya que las burbujas rompen esa capa de grasa que queda en el paladar.

Ten cuidado con las preparaciones que llevan vinagre, pues no combinan bien con los espumosos, ni con el vino en general.

En resumen, y sometido a variación según los gustos del consumidor:

  • Platos grasos: Brut Nature y Extra Brut
  • Ácidos: Brut y Extra Sec
  • Dulces: Semisec y dulce, también combina maravillosamente un rosado
  • Fuertes y especiados: espumoso Gran Reserva
  • Aperitivos:  Brut

 

Ahora que ya sabes cómo elegir un vino espumoso y cómo maridarlo, ¿por cuál de los vinos de nuestro catálogo vas a empezar?

Por si te lo perdiste…